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  • Foto del escritorLicona Brothers

De los caídos

Con el sonido de las sirenas comienza la agonia, la desesperanza, la vida pasar; y es que para mucha gente este sonido representaba una luz al final del tunel, para otros representaba el final de los dias como los conocian, una maldición desproporcionada que comenzaba con una viaje sin retorno y muchas lagrimas de camino.

Así, a la mala, esta pandemia nos ha enseñado mucho de nosotros, para unos cuantos parece un karma debido a la poca atención prestada en cuanto a sanidad se refiere, las higiene de manos, el distanciamiento social, medidas que se repiten una y otra vez por todos los medios posibles y que aún con todo, esas personas que todos conocemoes, siguen haciendo fiesta, reuniones, abrazos y besos al por mayor, hasta que el invitado que no queremos que llegue toca a la puerta, ve al mas vulnerable de todos y se lo lleva para nunca más regresarlo, en ocasiones aún con todo eso, la vida sigue y seguirán reuniendose innecesariamente; para la gran mayoría, es diferente a la historia anterior, trabajar o morir encerrado, una necesidad imperiosa de salir a buscar el sustento y con gran incertidumbre de llevar al invitado no deseado a casa, donde están, por cierto, aquellos que si atienden a las medidas dictadas y que con extrema cautela se cumplen en casa cabalmente, al final el resultado fue el mismo.


El calvario de los tanques de oxígeno se cuenta aparte, desde conseguirlo, comprarlo varias veces al día en los peores casos y capacidades, el desabasto, el costo que se genera y que aún con todo el fluído que puede brindar el sistema, una sola bocanada de aire cueste literalmente la vida de quien lo necesita, cuando en casa decidió esa persona estar, por miedo a no regresar de acudir a un hospital, si, este es un horizonte conocido para algunos, cuando ya no lo vemos es porque decidió apostar por los servicios de salud, que esta abarrotado y que no cabe nadie más, cuando entra por fin, está en una unidad con miles de personas en la misma situación que lo único que les queda es esperanza y muchas ganas de vivir, que afuera les espera familia, amigos, trabajo, historias por compartir o secretos que no precisamente se desea que sean descubiertos.


No, no es fácil prepararte para una llegada abismal, sorpresiva, de quien no tiene dirección ni telefono, pero que, como canta Charly G. con su ya desaparecido y primerizo grupo “Sui Generis“ en ”canción para mi muerte” de 1995, ”te encontraré una mañana, dentro de mi habitación y prepararás la cama para dos” resulta un golpe brutal, una pérdida de una persona muy querida, admirada, que duele, hasta el fondo, un dolor que no se describe con facilidad, de origen no localizado, que abruma y no se encuentra consuelo tan rápido, ese que fue una persona importante, que fue abuel@, padre, madre, pareja, amig@, hij@ o herman@, seguramente deseó quedarse por más tiempo, deseó el bien de los suyos a la vez y deseo tener una oportunidad más.


Por aquellos, que se fueron y no volverán, por l@s que tiene en mente del párrafo anterior, mire más allá de su nariz y tomé la oportunidad que a quien conoció y se fue, no tuvo y seguramente deseó, no habló exclusivamente de una vacuna, hablo de todo lo que ya sabe, evitar la falsa información, cuidarse en extremo, donar, vivir el presente, disfrutar lo que tiene con quien tiene, que al final fue lo que quedó de un año que representó una derrota gigantesca, parece revivido y para muestra cabe mencionar el nombre de los actuales juegos olímpicos, desafortunadamente aún no se puede retroceder en el tiempo, por lo que parece adecuado decir, viva ahora, digalo ahora, hágalo ahora, disfrute ahora.

En una semblanza que abarque otros contextos se ha dicho que se ha detenido el mundo, cambiado, como aprender, como trabajar y como transportarse y comunicarse, en algunos sectores parece que llegó para quedarse, en otros parece insostenible, en la calle se miran cientos de ojos sin rostró, aprendiendo a leer dichos ojos con disimuladas sonrisas e imaginando gestos, muchas historias quedarían por contar sin que esta redacción llegará a terminar, por hoy será, un breve homenaje y recuerdo a los que acompañaron a los caídos y a aquellos que viven su segunda oportunidad.

Como he dicho antes, se presentó la derrota, no queda más que levantarse, aunque duela, aunque cueste, aunque sea lento y diferente a todos los seres como alguna vez enunció E. Cioran al decir:


Todos los seres mueren, solo el hombre está llamado a caer


J. Licona

Contacto: j.licona.cfyd@outlook.es

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